domingo, 19 de febrero de 2012

Hans Haacke en el Reina Sofía


Me lo temía...




El Reina Sofía ha inaugurado una exposición de Hans Haacke, uno de los creadores críticos más relevantes de la segunda mitad del siglo XX... Debería ser un evento de gran repercusión social o, cuando menos, de gran proyección en los ambientes próximos; una sacudida que espabilara la conciencia estética de tantos "artistas" extasiados con el propio ombligo.
Lo que alberga las salas del Reina Sofía es una antológica de Hans Haacke que, contemplada, desde la formación habitual entre sus visitantes, se parece bastante a las exposiciones de orientación poética habituales. En una de las salas me sentí en la de Elena Asins...



Lo más positivo: quienes no estén familiarizados con este autor germano-americano tienen una magnífica ocasión para acercarse a su observaciones y denuncias... si se toman la molestia de leer las cartelas; en caso contrario, acaso observarán perplejos el énfasis que se hace sobre la fallida ampliación urbanística del ensanche Vallecas...  algunas de cuyas calles recibieron nombres de hondo sentido estético.
Par encontrar alguna alusión a cuestiones "candentes" españolas hay que rastrear  concienzudamente, porque de otro modo, apenas advertiremos los elementos más conocidos de su discurso crítico pasado: denunciar las relaciones entre las actividades empresariales y financieras y la promoción de ciertas "formas" de arte, en Alemania o Estados Unidos... Debe ser porque aquí no existen motivaciones interesadas y porque todas las instituciones financieras, que colaboraron decisivamente en la creación de la burbuja inmobiliaria, cuando "gastan dinero" en eventos estéticos, lo hacen por "razones desinteresadas". El banco Santander, que junto con el Bank of American Merrill Lynch y Telefónica, es patrocinador del MNCA Reina Sofía y nos ofrece en su sede de Boadilla una exposición de la colección Rubell, lo hace todo, como la Caixa, "por amor al arte".
Me pregunto si Hans Haacke no se habrá tomado la molestia de indagar sobre las cuestiones que planteó cuando expuso en la Fundación Tàpies...  Y como no creo que sea estúpido, me pregunto también cómo le habrán convencido para que no se complicara la vida y dirigiera su mirada hacia las posibilidades metafóricas implícitas en los nombres de las calles del ensanche de Vallecas.


Exposición muy recomendable, que se debe visitar con tiempo, porque es imprescindible leer casi todas las cartelas. ¿Leer en un museo de arte? ¡Qué cosas!

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