jueves, 10 de enero de 2013

El museo de Madiat al-Zahra

El museo de Medina Azahara (o Madinat al-Zahra), inaugurado el 9 de octubre de 2009, es infraestructura arqueológica de la Junta de Andalucía anexa al yacimiento definido por el solar de la antigua y efímera ciudad palatina de Abdelramán III (Abd al-Rahman III). El diseño fue realizado por uno de los estudios de arquitectura más activos en España durante los último años, el de Fuensanta Nieto y Enrique Sobejano, que también han trabajado en el futuro Espacio Andaluz de Creación Contemporánea, de inauguración próxima pero incierta, así como en las "nuevas" instalaciones del Museo Nacional de Escultura de Valladolid.



Si no interpreto mal las pretensiones institucionales el resultado es brillante; no me extraña que haya recibido importantes premios de reconocimiento internacional... La idea generadora del proyecto parece ser ofrecer unas instalaciones generosas, perfectamente integradas en el contexto geográfico, junto al yacimiento arqueológico, capacitadas para dar respuesta a las necesidades arqueológicas y, al mismo tiempo, ofrecer al público una referencia museística ("aula de interpretación") lo más completa posible para ilustrar la visita a la ciudad aúlica  Desde esa finalidad, Nieto y Sobejano optaron por una fórmula sometida al imperio de los elementos esenciales de la geometría: los planos, la línea, las formas rectangulares... Less is more. Un alarde de sencillez que se articula en espacios definidos por paredes de hormigón blanqueado, "muros de vidrio", paneles de madera y "toques" de acero auto-oxidante. Magnífico paradigma de parsimonia arquitectónica, de elegancia espacial.
En un paseo rápido, sólo he detectado problemas de climatización y anomalías de envejecimiento prematuro en algunas juntas de los paneles de madera...


Lo que puede ver el visitante de las instalaciones museísticas es, a mi juicio, difícil de mejorar. La combinación de los elementos mencionados con las piezas y las acotaciones explicativas ofrece un resultado muy agradable, de los más afortunados que conozco. El ambiente es claro y agradable; la iluminación, permite hacer fotografías sin otras dificultades que las impuestas por los vidrios de protección. Sobre todo ello, los paneles explicativos y las propuestas "multimedia" ofrecen un resultado que está a la altura de las mejores instalaciones que conozco. Hasta el vídeo que ofrecen al curioso en la sala de proyección es digno de ser contemplado con calma... Lástima que no esté en YouTube. Pregunté si se podía adquirir en DVD.  Me respondieron con contundencia:
—Para verlo hay que venir aquí.
Lo que no es posible visitar parece ser suficiente para dar respuesta a las necesidades derivadas del estudio del yacimiento... a un ritmo no demasiado activo. En ese sentido, la materialización del proyecto actual podría condicionar a medio y largo plazo el ritmo de los trabajos arqueológicos...  que, de acuerdo con sus posibilidades objetivas, acaso requiriera muchos más metros cuadrados para almacenes y áreas de restauración y consolidación...  No obstante, acaso se haya tomado en consideración esta circunstancia, porque no parece demasiado complicado ampliar las instalaciones actuales...
Desde mi punto de vista lo más discutible de la iniciativa institucional y del proyecto deriva de su proyección hacia el visitante en los siguientes aspectos:



1. En primer lugar, percibo demasiada inclinación hacia la vertiente pedagógico-educativa, teniendo en cuenta que el momento actual y los horizontes de previsión a medio y largo plazo, demandan instituciones cada vez más atentas a las "necesidades" del turismo cultural. En ese sentido, el proyecto de Nieto y Sobejano peca por virtud: sus cualidades formales, que no me cansaría en subrayar, no creo que sean las más adecuadas para potenciar la atracción de las personas capaces de recorrer miles de kilómetros para visitar aquello que consideran  "interesante", por "razones culturales". Esas "razones culturales" son relativamente fáciles de concretar desde la promoción institucional teniendo en cuenta que existe una relación muy estrecha entre ellas y la espectacularidad. Frank Gehry y Thmas Krens lo entendieron bien cuando platearon el diseño del Guggenheim-Bilbao. Ello no quiere decir que defienda para este caso concreto  propuestas como las de El Ciego, que sólo se justifican desde motivaciones comerciales, pero entiendo que el diseño de Nieto y Sobejano no tiene cualidades objetivas para que los "turistas culturales" sientan la "necesidad" de visitar Medina Azahra. A mi juicio, se podría haber optado por una fórmula "discreta" (enterrada) pero mucho más consecuente con la grandiosidad de la ciudad palatina, polo político y cultural de primerísmo rango durante buena parte del siglo X.  En esa línea asimismo me ha sorprendido no encontrar referencias claras a las fórmulas empleadas en el "diseño" de las edificaciones palaciegas y del protocolo califal, cuando menos, en tiempos de Abderramán III (ataurique, epigrafía, contraposiciones de rojo y blanco, etc.).

2. En línea próxima a lo anterior, destaca una estrategia acreditada en otros lugares de la geografía hispana: imponer al visitante protocolos a contrapelo de su voluntad: "Quien desee visitar este lugar deberá asumir nuestras normas". Algo comenté en esta línea sobre la "oferta" para visitar varios yacimientos de Mérida, aunque el caso más demencial entre lo que conozco es el de San Frutos del Duratón. El visitante a Medina Azahar deberá dejar su automóvil en el aparcamiento próximo al museo para visitarlo o, en su caso, tomar el autobús que conduce a la entrada de "las ruinas". Entiendo que hubiera sido más atractivo incrementar las opciones al visitante en lugar de limitarlas; hubiera sido más "comercial" ofrecer al visitante la posibilidad de aparcar junto al museo o cerca del yacimiento, según su criterio o apetencia.

Sintetizando...

Magnífico proyecto si lo valoramos desde la funcionalidad como infraestructura asociada a las investigaciones arqueológicas de Medina Azahara y como recurso pedagógico. Contemplado como infraestructura turística, la valoración no puede ser, a mi juicio, tan positiva...

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