miércoles, 18 de septiembre de 2013

El Museo Arqueológico de Delfos: el Auriga frente a Antinoo.

El edificio y el planteamiento museístico 

Es el cuarto museo construido en Delfos para conservar los objetos relevantes encontrados con el desarrollo de los trabajos arqueológicos. Fue inaugurado poco antes del comienzo de los Juegos Olímpicos de 2004, según un proyecto de Alexandros Tombazis que comenzó a trabajar sobre él en 1985, y está perfectamente integrado en el contexto arqueológico, en un espacio anexo al recinto visitable.
Frente a las carencias mencionadas sobre el Museo Arqueológico Nacional de Atenas, en éste casi podríamos hablar de museo paradigmático, tanto por el planteamiento espacial, como por el tratamiento de la iluminación —con mucho apoyo en la luz natural, pero con focos complementarios— y por los aspectos divulgativos, especialmente cuidados y redactados en griego, inglés y francés, en honor a la nacionalidad de los primeros arqueólogos que apostaron por la relevancia del lugar.
Parece concebido para enfatizar el proceso que culmina en el Auriga, mediante varias salas que se comunican a través de pasos con cuatro y cinco escalones, que determinan tres niveles que no pueden interpretarse en secuencia progresiva, aunque sea eso lo sugerido por el montaje. Y acaso en ello esté su punto más débil, puesto que ese planteamiento proyecta sobre el visitante menos informado un juicio (estético) sesgado que devalúa al resto de las piezas:  el Auriga se impone a Antinoo. Obviamente el valor estético relativo de ambas esculturas es muy distinto: al Auriga es uno de los pocos bronces griegos que han llegado prácticamente completos a nuestros días, mientras que la escultura del amigo de Adriano se repitió muchas veces. Y obviamente, el valor estético e histórico del Auriga es muy superior al del Antinooo, pero el museo debe facilitar la apreciación contextualizada; al fin y al cabo se trata de un museo arqueológico.


Tampoco aquí los vigilantes consienten hacer fotografías con posados divertidos... No obstante, a pesar del rigor normativo, la gente hace lo que le viene en gana: en mi presencia y la de una de las vigilantes, una señora próxima a los cuarenta años y de rasgos amerindios, fotografiaba los genitales discretos del Antinoo con una tablet de gran formato. La vigilante, que estaba pendiente de ella y de mí, hizo una mueca de reprobación pero no dijo nada. Y me pregunté quién pude imponer normas sobre las apetencias ajenas, cuando son discretas.
Sólo aprecié un detalle relativamente cuestionable en el aspecto museístico: la concatenación ascendente puede suponer problemas para las personas con movilidad limitada, que sólo se han resuelto mediante silla motorizada en la salida. No obstante, es importante tener en cuenta que el yacimiento arqueológico de Delfos está situado sobre una zona muy escarpada, con fuertes pendientes y caminos irregulares, poco adecuada para quienes tengan limitada la movilidad.


Las piezas

"Polizalos me dedicó .... Haz que prospere, honrado Apolo"
Me excuso por no entrar en la descripción y valoración del Auriga (ha, 474 a JC)... Las imágenes informan sobradamente de hasta donde llegó la estatuaria en bronce de aquellos tiempos ("estilo severo").




Pero también contiene otras muchas piezas especialmente interesantes para estudiar la evolución de la ornamentación griega y el uso de ciertas fórmulas de gran repercusión posterior. Entre ellas son muy elocuentes los capiteles de datación más antigua, como el eólico procedente del tesoro de los Masalianos, realizado a finales del siglo VI a JC, según modalidad propia de la zona Eólica (Asia Menor), precursora de las palmiformes empleadas en la zona de Pérgamo durante los tiempos helenísticos y en otras zonas del mundo mediterráneo. En la península Ibérica hay unos cuantos capiteles muy posteriores relacionados con esta tradición, seguramente por la difusión que tuvieron los influjos orientales a partir del siglo II.


También son curiosos los capiteles corintios primitivos tallados para el Tholos (360-380 a JC) con una configuración muy diferente de las modalidades más repetidas, sobre todo, en tiempos romanos. Su canon es muy alargado y sobre un cesto sensiblemente cilíndrico, se despliegan dos coronas de acantos de "digitaciones" cortas, sobre las que descansan volutas afines a las de las acróteras y con palmas completas. El ábaco de frente levemente cóncavo es liso, frente a lo que será habitual en las fórmulas más frecuentes en tiempos romanos.Algún ingenuo podría deducir que, teniendo en cuenta este precedente, las modalidades heterodoxas podrían ser más antiguas de lo que se supone...


Al hilo de esa solución ornamental, también destaca el juego virtuosista de La columna de las bailarinas en cuya parte alta (330 a JC), inmediatamente debajo de las figuras femeninas, tallaron una especie de falso capitel corintio, mediante fórmulas conocidas en otros casos ornamentales, sin volutas geométricas, pero con un desarrollo enorme de las hojas en vuelo y giro interior que informa de una capacidad excepcional para trabajar el mármol, por supuesto, tal y como acreditan otras muchas piezas de mayor interés escultórico. También en este caso, sin perder la ingenuidad, podríamos relacionar esta menara de entender la ornamentación de capiteles con las variedades corintias de volutas vegetales ("corintizantes") que aparecen en diferentes puntos del Mediterráneo.


Tal y como ya he indicado, cuenta con uno de los mejores “Antinoos” de cuantos existen repartidos por los diferentes museos de Europa y América (se conserva prácticamente completo: sólo ha perdido los antebrazos) y con algunas otras esculturas de gran notoriedad. Acaso sea el que se ha tratado con mayor rigor y, por consiguiente, el que mejor nos informa sobre esa faceta de la escultura romana del siglo II d JC. 


En suma

Una joyita situada lejos de las rutas turísticas masivas que, frente a lo que es habitual con los museos griegos, acapara la atención de los viajeros, que acaso no sean tan pasivos como creen algunos profesionales del sector cultural.

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