lunes, 16 de septiembre de 2013

El Museo Arqueológico Nacional de Atenas

Está en una zona algo retirada de los circuitos turísticos masificados, cerca de la Politécnica, donde se manifiesta algo más la indolencia propia de los municipios pobres. Es un museo relativamente “antiguo”, de concepción modesta pero dentro de una apariencia grandilocuente;  pero acaso sea uno de los museos más interesantes que he visitado jamás.

Base para una estatua funeraria de kuros ha. 510 a.JC
La apariencia grandilocuente destila de una concepción del exterior que seguramente buscaba materializar ciertas ideas espaciales de la arquitectura griega; algo parecido a lo que se hizo al reconstruir la Stoa de Athalos o al proyectar los espectaculares edificios del conjunto de la Academia.
Pero enseguida se perciben detalles que hacen adivinar escasez de medios y, desde luego, instalaciones obsoletas.  Por ejemplo, aunque tiene un sistema de aire acondicionado relativamente eficaz, conserva el mecanismo de ventilación, mediante ventanas altas y artilugios más propio de los años sesenta del siglo pasado que de las exigencias de un museo moderno con un patrimonio de calidad y cantidad excepcionales; para mayor abundamiento, en algunas paredes hay humedades viejas, con huellas de sales y moho superpuestas.
Las deficiencias se aprecian también en otros muchos aspectos; por ejemplo, en la iluminación, asimismo de concepción efectista pero poco compatible con las posibilidades de las actuales cámaras fotográficas. No concilia con las expectativas desencadenadas por un gran museo; la articulación espacial es rígida y fuertemente compartimentada; tampoco me ha parecido feliz el modo de presentar las obras más enfatizadas en un ambiente cálido que desvirtúa su percepción. Al ver al joven jinete me acordé de cierto museo español y sus rojos pompeyanos...
Los elementos museísticos más "modernos" están en la planta alta, con alguna sala vistosa, de fuerte concepción escenográfica y algunos elementos multimedia; pero es una parte poco relevante del conjunto global.
El día que los visitamos era imposible acceder a ciertas salas… tal vez por escasez de vigilantes.
Las cartelas, como de costumbre redactadas en griego e inglés, contienen información suficiente, aunque responden a criterios de clasificación bastante convencionales, que me han recordado las letanías de los manuales antiguos. Sobre ellas gravita la ordenación global del museo y, según mi juicio, acaso conviniera compensar la exposición hacia circunstancias menos formales y más históricas porque el Museo Arqueológico Nacional de Atenas acaso sea el menos arqueológico de cuantos conozco. No le vendrían mal unos cuantos paneles con explicaciones amplias, que contextualizaran con generosidad las circunstancias de aquella cultura griega, aunque sólo fuera para compensar las múltiples manipulaciones interesadas que, desde los tiempos de Canova, se han ofrecido de ella y para que los visitantes nos acercáramos un poco más a la complejidad de aquel universo definido desde "la polis", desde "las muy diversas polis". Como sucede en la Acrópolis, brota la sospecha de que está demasiado sesgado por los valores ideológicamente dominantes (nacionales).

Bronce de Zeus o Poseidos aparecido junto al cabo Artemision, ha 46 a JC
Lo más llamativo en este sentido es, a mi juicio, el escaso énfasis que se hace en el uso del color y que alteraría radicalmente las premisas estéticas que proporcionaron fundamento a la estética griega.
Por su contenido visible, es el más completo e interesante sobre escultura griega, exceptuando la fase cicládica, recogida en otra institución exclusivamente dedicada a ella. Es difícil enfatizar alguna obra sobre las demás, entre tantas con tanta capacidad evocadora; porque el museo determina un magnífico repertorio para contemplar la evolución del arte heleno (en especial, la escultura), en reducción acromática, durante el período que más enfatizan las instalaciones culturales griegas, con menos "acentuaciones" formales de las que percibiríamos en los grandes museos europeos y americanos. No es que aquí hayan desaparecido por completo los elementos que refuerzan y enfatizan el "ideal griego", pero creo que se aprecian menos esos matices manipuladores, incluso en las piezas más "restauradas", tal vez, porque el visitante puede extraer conclusiones generales tras observar mayor número de ellas.
En contrapartida a esa circunstancia y como acabo de adelantar, existen pocas referencias sobre el uso del color. En la actualidad hay muchas posibilidades para resolver esa carencia, bien mediante reproducciones de escayola coloreadas, bien mediante "reconstrucciones" virtuales, tal y como hacen en el Museo de la Acrópolis.

Una de las obras más interesantes, por la escasez de bronces griegos, es la localizada en las proximidades del cabo Artemisión, acaso representación de Zeus o de Poseidón, fechado hacia el año 460 a. J.C. Y precisamente ante él contemplamos una anécdota muy significativa. Un turista vestido con camiseta azul y pantalones cortos pretendía que su compañera le hiciera una foto con la postura del personaje representado  y rápidamente se encaró con él la vigilante para explicarle que se podía hacer cuantas fotos deseara pero sin hacer bromas, emulaciones o poses singulares… Y lo expresó en un inglés de frases cortas e imperativas —de construcción elemental— y apoyándose en gestos aclaratorios. Se diría que tampoco aquí tienen claro lo de la función “divertida” de los museos. O acaso fuera por lo del “estilo severo”…
Acaso, por ello, en el museo se veían pocos visitantes… Obviamente, los “paquetes turísticos” no le incluyen en sus circuitos, frente a lo que sucede, por ejemplo, en el Museo de la Acrópolis o, incluso, en el de Delfos, ambos integrados en las visitas que organizan las agencias especializadas en “excursiones culturales”.

Cuando lo visitamos se ofrecía una exposición de Aggelika Korovessi, escultora griega actual, que ofrecía obras concebidas expresamente para ser expuestas en el museo y para que el público pudiera establecer relaciones entre ellas y las del museo...  A mi me crearon desazón.

A continuación unas pocas imágenes elegidas sin otro criterio que mi propio capricho... al interpretar el fundamento idealista imperante en la manera griega de entender la escultura y el efecto del tiempo sobre ella.

Hermes (detalle del rostro), probablemente copia del siglo II d JC de un original de la escuela de Policleto (siglo V a JC)

Cabeza de Hera relacionada con la escuela de Policleto (420 a JC)

Cabeza femenina procedente de Asia Menor (siglo IV a JC)

Diadumenos procedente de Delos (detalle), copia de hacia el año 100 a JC, del Diadumenos de Policleto (siglo V)
Afrodita procedente del sur de Italia (detalle), realizada en el siglo 2 d JC, según original del siglo IV a JC
 (tipo Afrodita de Siracusa)





Hermes Atalante (detalle), copia del siglo II d JC de un original  (relacionado con Lisipo) del siglo IV a JC

Hermes (detalle) realizado en tiempos de Augusto, probablemente según original de Lisipo (s. IV a JC)

Cabeza  del siglo II d JC, según modelo del siglo IV a JC

Retrato realizado durante el siglo I a JC

Retrato femenino de hacia 150 a JC según fórmula del siglo IV a JC

Retrato femenino con formato de máscara. Ha finales del siglo I d JC

Antinoo (detalle), aparecido en Asia Menor. Ha 150 d JC

Retrato de joven, aparecido en Eleusis. Ha 220 d JC

Escultura de joven (detalle). Ha. 100 a JC
Sintetizando

Entiendo que también el Museo Arqueológico nacional de Atenas ofrece una visión global prefabricada que nos aproxima más a cómo entendieron el arte griego Canova y los académicos europeos de los siglos XIX y XX que a la realidad histórica tal y como hoy la tenemos documentada.
También es importante tener en cuenta que, en la actualidad, una parte notoria de lo que fueron los "territorios" griegos y, en especial, la Jonia, están integrados en el Estado turco. Y esa circunstancia puede tener relación con el planteamiento de un museo que, a mi juicio, debiera incidir mucho más en las circunstancias históricas que ayudan a comprender fenómenos como la rápida asimilación al Imperio Romano y la relativamente fácil "ocupación" turca.
Francamente, esperaba otra cosa aunque debo reiterar que, contando incluso con lo que no muestra o no subraya, con el poco énfasis que pone la exposición en las obras de época romana o en objetos "secundarios" (también esperaba ver muchas más cerámicas), acaso sea uno de los museos más interesantes de cuantos conozco. Tienen piezas para hacer un megamuseo capacitado, por cantidad y calidad, para ser tan atractivo como la Acrópolis o, incluso, más.
Por ponerle una etiqueta que condense un juicio de cierta complejidad, se me ocurre que podría ser el museo del "idealismo concreto", frente a la Acrópolis o sede del "idealismo abstracto".

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