viernes, 11 de octubre de 2013

La contrarreforma del señor Wert, adelante.

Me equivoqué; cuando supuse que el señor Wert estaba dispuesto a pactar algún aspecto hiriente para los partidos nacionalistas, me equivoqué por completo. Sólo han aceptado 36 de las 700 enmiendas de la oposición y entre ellas, una de UPyD, que aún enfatiza más el enfrentamiento con quienes cada vez tienen más argumentos para marcharse de casa.
La LOMCE sale del Congreso con todos los aditamentos del encabronamiento general. Sólo la respaldaron los propios magnates del PP; votaron en contra el resto de los grupos salvo el Foro de Asturias y UPN, que se abstuvieron.  Los partidos de la oposición han advertido que la ley será derogada en cuanto cambie la mayoría parlamentaria, circunstancia previsible en el futuro inmediato.
Es obvia la conveniencia de establecer un nuevo modelo educativo, pero tal y como están las cosas, no se me ocurre ninguna fórmula viable; y sin embargo, en el horizonte aparece una nueva posibilidad: que tras los resultados de las próximas elecciones, por razones poderosas e ineludibles de estabilidad económica, los magnates del PP y los del PSOE se pongan de acuerdo para establecer un gobierno de concentración (“a la alemana”). En esa situación podría ocurrir un milagro maravilloso: que apareciera una fórmula para mantener la LOMCE con pocos retoques…
Lo dicho: dentro de 50 años seguiremos ofreciendo datos educativos patéticos.

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