jueves, 22 de septiembre de 2016

Capiteles de Nesebar

Nesebar es una población del mar Negro, que hoy se parece mucho a cualquier enclave costero de gran potencial turístico, cuyas calles recorren personas jóvenes de piel alba, cabellos rubios  y aspecto atildado, como corresponde al entorno eslavo. Las posibilidades de atracción del “casco antiguo”, que conforma una península pequeña, que hace pensar en Ortigia, no sólo responden a sus muy abundantes tiendas repletas de tenderetes cutres, con las chorradas habituales made in China. y los muy heterogéneos y variopintos restaurantes que ofrecen hermosas vistas y lo que pueda pagar el bolsillo de cada cual. A tan comunes atractivos la ciudad une un interesantísimo conjunto de iglesias bizantinas, conservadas irregularmente, que ayudan a desterrar ciertas ideas "precocinadas" sobre la arquitectura española posterior al siglo VIII. En ellas se siguieron empleando capiteles relacionados con las fórmulas recogidas en entradas anteriores...

Iglesia de Cristo Pantocrator, hacia 1300
Las iglesias se han ofrecido a la explotación turística según una fórmula perfectamente armonizada con los principios sacrosantos del sistema liberal. Al parecer, el Estado consiente que la iniciativa privada aproveche el interés del público y lo reconduzca mediante iniciativas culturales de naturaleza diversa. Por ejemplo, visitar el interior de la iglesia de Cristo Pantocrator, sumamente interesante para contemplar cómo evolucionó en esta parte de Europa la arquitectura bizantina, imponía pagar entrada una exposición cartográfica de calidad manifiestamente mejorable. Acaso sea buena idea desde el punto de vista liberal y una solución aceptable para mantener abiertas iglesias sin culto, pero la fórmula me repugna y no creo que sea muy rentable. "Vender Nesebar" como población de gran interés arqueológico seguramente proporcionaría mejor rendimientos globales, aunque comprendo que me vencen las vísceras, porque el negocio turístico de esta ciudad está dominado por sus atractivas playas y, en esa situación, pudiera ser más sensato poner la caña y esperar a que piquen los turistas.

Nesebar. iglesia de Santa Sofía; siglos V-VI y "restaurada" en el siglo IX
Además del patrimonio arquitectónico, Nesebar (o Nessebar) —la antigua Mesembria— cuenta con un Museo Arqueológico que, en su sede actual, fue inaugurado en 1994, según un proyecto de Hristo Koev, homologable, para bien y para mal, con otros de la misma época realizados en diferentes zonas de la Unión Europea. Proyecto mediocre para una instalación museística difícil de "entender" desde el punto de vista de un diletante, tanto por lo que se refiere a la manera de exponer las piezas como en la de explicarlas.
Desde las posibilidades del contexto geográfico, es un museo desconcertante… Es posible que la actual visión de la historia búlgara, fundamental para substanciar el "sentimiento nacional", tenga algo que ver con la marginalidad que se otorga a los años comprendidos por el paso de la Antigüedad a la Edad Media y a los siglos de "ocupación" turca. Según parece, en Bulgaria “no interesa” enfatizar el peso de la “aportación griega" y menos aún de la bizantina; ni de la aportación étnica y cultural turcas. Sin embargo, toda la ciudad está “llena” de referencias materiales de filiación bizantina. El museo, que brilla por la parquedad de los textos, incluso en la página web, es paradigmático en ese sentido: al igual en Sofía, los paneles didácticos enfatizan los restos grecolatinos, bastante escasos, y los "iconos búlgaros", a los que se dedica una sala en el sótano, pero apenas dedica unas pocas indicaciones a lo bizantino. Es interesante leer lo que pone en la página "turística" el párrafo dedicado a las épocas romana, bizantina y del "primer Estado Búlgaro":

"En la tercera sala del museo se expone el pedestal de mármol de una estatua de bronce del emperador Claudio. La sala lleva el nombre de “Mesemvria dentro de los territorios de Roma, Bizancio y Bulgaria”. En el año 395, durante la división del Imperio Romano, Mesemvria permaneció como parte del Imperio Oriental y se convirtió en una ciudad de importante influencia económica y cultural. En el siglo VII la ciudad se convirtió en un bastión importante de Bizancio contra el nuevo Estado Búlgaro. La ciudad fue conquistada por el gobernante búlgaro Khan Krum en 812 y luego pasó a ser parte del Primer Estado Búlgaro. De esta época se exponen en el museo cubiertos de cerámica de barro de color gris (...)"


Algo más extenso es el texto de la página web del museo:

"(...) Messembria continuó el comercio, la acuñación de monedas, el desarrollo de la artesanía local durante el gobierno romano. La cerámica cubierta con barniz rojo, las lápidas funerarias de mármol y los relieves votivos de Hércules y el jinete tracio se remontan a esta época. Otro monumento de interés es el pedestal de mármol de una estatua de bronce de Claudio I (41-54 dC) colocado por Gneus, hijo de Gneus, el gimnasiarca de la ciudad. Tras la división del Imperio Romano en el año 395, Messembria se mantuvo dentro de la parte oriental. La ciudad adquirió creciente importancia como centro estratégico, económico y cultural en estrecha conexión con la capital bizantina Constantinopla. Fueron construidas defensas masivas y grandes basílicas. Ladrillos sellados con los nombres de Constantino y Justiniano se hicieron en la fábrica de la capital bizantina. También se realizaron bases de mármol, columnas, capiteles de diversa índole y cancelas de altar, así como otros elementos pertenecientes a la decoración interna de los edificios e importados de la isla de Prokonissos en el Mar de Mármara.
Con el establecimiento del Estado de Bulgaria, en siglo VII Messembria se convirtió en una importante fortaleza militar del Imperio bizantino en contra de su nuevo vecino. En el 812 la ciudad fue conquistada por el búlgara Khan Kroum y la incluyó en el primer Estado búlgaro (...)"

Y sin embargo, entre las salas y el recinto perimetral, a modo de “jardín arqueológico”, el museo, cuya acción de control se extiende a las iglesias bizantinas y, muy especialmente, a la de San Esteban, conserva una colección de capiteles de especial interés para documentar la expansión de ciertas series tipológicas bizantinas en un lapso temporal, en principio, más limitado que en otras zonas, dadas las especiales circunstancias históricas de la actual Bulgaria.

Capiteles corintios y derivados

El NEMA26 es un capitel corintio muy erosionado y mutilado tanto en la parte inferior como en la superior, del que es difícil restituir sus cualidades. Desde lo poco perceptible, teniendo en cuenta el carácter del cáliz, adherido a las volutas, con ornato cercano a las fórmulas del siglo IV, y de las volutas, aún de cierta entidad, podría ser una pieza de entre los siglos III y IV.

NEMA26
El NEMA18 es un capitel corintio asiático sumamente erosionado que, de acuerdo con la modalidad del conjunto axial y de unas volutas de escaso desarrollo podría haber sido realizado en los alrededores del año 300, acaso poco después de la muerte de Diocleciano. Con él se cierran los restos (perceptibles) de ornamentación arquitectónica de "época romana" acopiados en el museo...

NEMA18
Frente a esa parquedad, los restos bizantinos son abundantes y variados...
En San Esteban hay un capitel de volutas angulares reutilizado como basa y parcialmente mutilado en la corona inferior de hojas. Le distingue una concepción general similar de las series del sur de Italia y de Constantinopla con variaciones de escasa entidad, como el carácter de las volutas, las cartelas y el ábaco con acanaladura a modo de moldura. No reiteraré lo ya indicado en otras entradas... Siglos V-VI.

NESE03
El NEMA19 es un capitel de volutas angulares con hojas de ojales grandes, según fórmula común en las zonas de gran implantación bizantina. Entre lo más destacable: la inexistencia de astrálago, la escasa convexidad del borde del cesto, el abultamiento del kalathos, la molduración del ábaco y la escasa contraposición entre las coronas de hojas, cuyos ejes casi están alineados. Ya vimos en su momento que esta "anomalía" es relativamente frecuente entre los capiteles de volutas angulares y los derivados de los "de lira". Siglos V-VI.

NEMA19
El NESE04 , que también se reutilizó como basa en San Esteban, está parcialmente empotrado en el suelo, de manera que es imperceptible el ábaco y parte del cuerpo superior. Como en el anterior, las coronas de hojas no están contrapeadas sino con los ejes de las hojas coincidentes, según fórmula común en Constantinopla. Siglos V-VI.

NESE04
NESE05
El NESE05 parece ser un capitel incompleto, según fórmula estructural relacionada con los anteriores; como el NESE04, tiene las hojas de las dos coronas alineadas, como otro capitel del Museo Arqueológico de Estambul (EMA031), aunque se conserva en magnífico estado: se aprecian las huellas de las herramientas y ello podría ser síntoma "desconcertante"; en este caso parece que el capitel fue realizado entre los siglos V-VI. Lo de "desconcertante" deriva de que no es raro que en el mundo de los museos existan piezas con las circunstancias del NESE05 realizadas para satisfacer las ansias "pedagógicas" de esas instituciones, realizadas entre finales del siglo XIX y principios del XX. En este caso, la explicación ha de ser más simple: los vaivenes políticos de Bulgaría ayudarían a entenderlo.

EMA031, capitel del Museo Arqueológico de Estambul
El NEMA02 es uno de los capiteles más interesantes del museo. Es variación de un tipo común en el mundo bizantino, que consta de volutas externas (angulares) con una única corona de hojas, que hemos visto en muchos capiteles del ciclo bizantino, especialmente en relación al ejemplar de Wamba, cuyas cualidades definen subtipo. Lo más curioso de éste es, a mi juicio, el ornato del cuerpo superior, compuesto mediante un desarrollo no simétrico del motivo que tradicionalmente substanciaba el cáliz de las volutas. La fórmula, que no conozco en otros lugares —aunque es probable que ello se deba a mis propias limitaciones—, puesta junto a otras variaciones locales derivadas del foco bizantino, podría dar una idea de hasta qué punto llegaron las aportaciones locales en los tiempos de Justiniano. Desde lo que conozco, deduzco que la rotura de la simetría fue un recurso relativamente frecuente en la península Balcánica (ver museo de Sofía). Obviamente, esa hipótesis sería discutible si la pieza estuviera tallada sobre mármol de Prokonissos, la isla del mar de Mármara próxima a Constantinopla, de donde proceden muchos capiteles bizantinos y, entre ellos, el recientemente mencionado de Arles...
NEMA02
El NEMA15 repite la estructura del anterior, aunque sus cualidades nos acercan a soluciones más comunes, bien documentadas en los territorios de implantación bizantina.

NEMA15
El NEMA23, por su parte, nos pone en conexión con los “de lira” (NEMA23): de nuevo nos recuerda el problema del origen de estos capiteles, dada su relación con los de San Apolinar el Nuevo y San Francisco de Rávena. Otro tanto sucede con el NEMA25. Aquí sería osado suponer una cronología anterior al siglo V...

NEMA23
NEMA25
Hay dos capiteles pequeños de cuatro hojas angulares derivados de los de "volutas en V" (o “de lira”), con hojas de ojales grandes y prácticamente circulares. Parece obvio que fueron concebidos con finalidad decorativa, para algún elementos litúrgico. Siglos V-VI.

NEMA07
NEMA08

A la puerta de la iglesia del Salvador hay un magnífico capitel en buen estado de conservación de volutas vegetales. Creo que ya he mencionado en otras ocasiones esta modalidad que podríamos relacionar con ciertas fórmulas cordobesas, aunque a mi juicio, en este caso no creo que se pueda establecer una relación directa entre ambas modalidades. Es interesante destacar la manera de “aludir” al kaathos mediante una protuberancia lisa de curvatura mucho mayor a la que correspondería al mismo elemento en los corintio-asiáticos; ello le emparenta con otras modalidades estructurales bien documentadas en el sur de Italia y, por supuesto, España (Wamba, etc.). También tiene relevancia la manera de marcar mediante una arista sutil la envolvente de las seriaciones de tres folíolos típicos de época bizantina; ese detalle sirve para plantear la proximidad entre los capiteles de volutas angulares con los “de lira”, en un paso evolutivo de cierta coherencia. Siglos V-VI.


Capiteles compuestos

En Nesebar hay varios capiteles de acantos teodosianos muy erosionados, que no permiten advertir cualidad relevante alguna, más allá de lo específico de la modalidad. Deben corresponder a los siglos V-VI.

NESE06
NEMA09
NEMA10

NEMA11
NEMA21










Capiteles palmiformes

El capitel NEMA20 vuelve a suscitar el problema de los capiteles palmiformes, aunque en este caso, se trata de una pieza que se aleja de la fórmula documentada en la cripta de la catedral de Otranto: carece de ábaco cuadrado y en su lugar cuenta con una corona de ovas y dardos, que determina tipo o variedad específica. Por lo demás, cuenta con la alineación de “cañas” o “hojas de agua” de dichas variedades, según fórmula próxima a un capitel de la mezquita mayor de Córdoba. Aunque como he comentado en otro lugar, es difícil clasificar este tipo de piezas dada la escasez de elementos de ubicación cultural clara, su aparición en un contexto donde son raros los restos arquitectónicos anteriores al siglo V y la hechura "simplificada", nos obliga a considerar la hipótesis de una realización relativamente tardía, entre los siglos V y VI.

NEMA20
En el interior del museo hay otro capitel de tipo palmiforme (NEMA01), con ábaco cuadrado, pero sin corona inferior de hojas, que se ofrece en la “zona bizantina” sin mayores aclaraciones

NEMA01
NESE07
En San Esteban hay un fragmento mutilado (NESE07), de concepción sencilla, que pudiera pertenecer al mismo grupo o ser parte de un pedestal de época griega.


Capiteles jónicos

Sólo he podido ver un capitel jónico de filiación romana más o menos clara; el NEMA03, que podríamos situar en el siglo II d C., ilustra la aportación romana en la actual Bulgaria.

NEMA03
En Nesebar han aparecido capiteles jónicos de filiación bizantina en proporción extraordinariamente alta si los comparamos con los documentados en las zonas occidentales: los podemos ver en las salas del museo, en el jardín exterior y en San Esteban. Da la sensación de que en esta población del mar Negro, se tallaron más capiteles jónicos de lo que fue normal en Constantinopla, donde seguramente se crearon las modalidades empleadas tanto en "oriente" como en el norte de África. Santa Irene de Constantinopla, reconstruida en tiempos de Justiniano (548), sobre una iglesia del siglo IV, contiene capiteles unidos a cimacios tallados en un bloque único afines a los de Nesabar junto con otros dos, reutilizados como basas (ESI06) con la misma circunstancia estructural pero con un cimacio ornado con acantos de perfil dentelleado, que puede proceder de una edificación realizada entre los siglos V y VI, dado que Santa Irene ardió en el año 532.
Esa manera de tallar en la misma pieza capitel y cimacio es relativamente extraña salvo en casos excepcionales; entre éstos destacan algunos andalusíes que fueron realizados después del año 1000 y que, si procede, comentaré en otra entrada aunque escapen de "mi parcela" cronológica.

ESI02, capitel de Santa Irene, Estambul
ESI06, capitel reutilizado como basa en Santa Irene, Estambul
ESS035, capitel de Santa Sofía de Estambul
En Santa Sofía de Constantinopla se emplearon capiteles comparables con soluciones estructurales concretas diferentes y con talla de ataurique en toda la superficie; pero no sé si se puede deducir una pauta evolutiva desde estas piezas, dado el carácter de esa iglesia. A continuación ofrezco las imágenes de unos cuantos, agrupados en dos modalidades: de equino convencional, derivado de las series de ovas y dardos, y con palmetas. Aunque lo razonable es suponer que los segundos derivaron de los primeros, la aparición de capiteles del primer grupo e las zonas de expansión bizantina, obliga a considerar la posibilidad de que se siguieran haciendo durante el siglo VI.

NEMA27, siglos V-VI
NEMA14, siglos V-VI
NEMA16, siglos V-VI
NEMA17, siglos V-VI
NEMA24, siglos V-VI
El NEMA06 acaso sea el más interesante del conjunto por su singularidad, tanto en el tratamiento del cuerpo inferior como del superior, decorado con elementos vegetales de cierta carnosidad pero de factura tosca. Se le podría relacionar con los reutilizados de Santa Irene. en cuyo caso, podríamos retrasar su cronología hasta los alrededores del año 500..

NEMA06, siglos V-VI
NEMA06
NEMA04, siglos V-VI
NEMA12, siglos V-VI
NEMA13, siglos V-VI
El NEMA05 que se distancia de la tradición del orden jónico, podría interpretarse como un paso más en la dirección indicada por los anteriores: la parte jónica fue sustituida por un cilindro de escasa altura. Si aceptamos un proceso evolutivo continuo, deberíamos situarlo más allá del siglo VI.

NEMA05
Capiteles-imposta

La iglesia de San Esteban contiene dos capiteles imposta reutilizados en la construcción actual, de planteamiento arquitectónico distanciado de las fórmulas bizantinas, en la que se emplea madera como material recurrente, tanto para atirantar como para construir cubiertas y pilares. Ofrecen un tratamiento comparable al empleado en Constantinopolitano aunque la ejecución es menos cuidada.

NESE01
NESE02
Hay varios de este mismo grupo, muy erosionados en la iglesia de San Esteban y empleados en situaciones diversas, en funciones tectónicas ajenas a la original. Uno de los que aún permiten advertir su "forma original" es el NESE11, que podríamos situar hacia el siglo VII.

NESE11, capitel imposta
Para finalizar...

Pareciera absurdo buscar relaciones culturales entre la península Ibérica y las costas del mar Negro durante el fin de la Antigüedad; si juzgamos a partir de los restos de ornamentación arquitectónica, la situación pudiera parecer clara: apenas un capitel ofrece un parentesco "lejano". Y sin embargo, la situación cambia si ampliamos el ángulo de visión y nos centramos en los restos arquitectónicos, que hacen de Nesebar un lugar especialmente interesante; sus pequeñas iglesias, varias veces reparadas y remodeladas, proporcionan una idea bastante elocuente sobre cómo pudieron ser los edificios cristianos "comunes" de los años de transición entre la Antigüedad y la Edad Media. Reconstruir la la arquitectura bizantina de la época de Justiniano a partir de Santa Sofía implica riesgos que conjuran los trabajos arqueológicos sistemáticos, no siempre asequibles con facilidad, y dar un paseo por esta población, que fue isla de manifiesto valor estratégico.
Contando, incluso, con las remodelaciones posteriores, iglesias como la de Santa Sofía, adquieren una relevancia arqueológica excepcional para imaginar cómo fueron las iglesias construidas en innumerables poblaciones sujetas al poder directo o indirecto de Bizancio durante la Alta Edad Media y hasta, al menos, los siglos XIII y XIV, tal y com acredita la iglesia de los Santos Arcángeles Miguel y Gabriel. Desde ello, desde la aplicación sistemática de un peculiar "opus mixtum", se debieran ajustar ciertas "explicaciones" aplicadas tradicionalmente al origen de las fórmulas estructurales de la primera mezquita mayor de Córdoba y, por supuesto, al "aparejo toledano"...

Iglesia de los Santos Arcángeles Miguel y Gabriel, siglos XIII-XIV
Puede que los capiteles jónicos integrados con cimacios no sirvan para relacionar Nesabar con Córdoba, pero estructuras como la de la mencionada iglesia podrían ayudar a entender por qué son tan poco numerosos los restos arquitectónicos de impronta bizantina aparecidos en la Bética; si se construyeron iglesias como la Santa Sofía de Nesebar, no tendría nada de particular. Y en todo caso, la realización de estructuras superponiendo arcos definidos mediante piedra y ladrillo no parece ser una fórmula exclusivamente cordobesa...

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