domingo, 24 de abril de 2011

De procesiones y museos por tierras murcianas


Tentados por la interesante imagen arqueológica de Arx Asdrubalis, pusimos rumbo a Carthago Nova, donde como es habitual en las zonas hispanas de fuerte implantación islámica, también ofrecían un programa procesional interesante: bocado de cardenal para cualquier "aficionado" a la fotografía... Hubo tiempo para casi todo antes de que comenzara el llanto de Chaac-mol, que aplicó con saña sus sentimientos a quienes no admiten otras expresiones públicas que las suyas.



El Museo Arqueológico Municipal de Cartagena es de fundación relativamente reciente, porque el edificio actual, construido sobre una necrópolis paleocristiana, fue inaugurado en 1982. A pesar de esa circunstancia, que le otorga personalidad, cuando apenas han transcurrido veinte años, las salas ofrecidas al público tienen un aspecto demasiado próximo a las colecciones acumulativas del  siglo XIX.  Para el éxito social no le ayuda el emplazamiento, algo lejos del centro de la ciudad. Imagino que será difícil reorientarlo y reestructurarlo, sobre todo, tras la apertura del edificio de Moneo... 
Se aprecia cierta desidia en el cuidado de los restos acumulados, porque la película de polvo depositada sobre algunas de sus piezas define acumulación de sedimentos estratigráficos.
Tampoco podemos decir que el contenido de las cartelas sea ejemplar...
En definitiva, un museo manifiestamente mejorable, con escasa capacidad para atraer al público.


No es mucho mejor la situación del Museo Arqueológico de Murcia, donde ni tan siquiera tienen control de visitantes (no nos entregaron entradas), seguramente, para evitar depresiones de sus gestores. Ocupa un edificio construido poco después de la Guerra Civil y remodelado recientemente, según criterios escenográficos de cierto efectismo, en el mejor sentido del término.
Entre las piezas que conectan con mis debilidades, hay varias de especial interés, cuya clasificación, tal y como aparece en las cartelas, debería ser revisada. El caso más claro es un "fragmento de capitel corintio" procedente de Los Alcázares, que se atribuye a los siglos VI-VII. En realidad es un "fragmento de capitel corintio asiático", de tipo muy repetido en el universo Mediterráneo: muy probablemente es del siglo IV.



Tampoco creo que el procedente del convento de Verónicas sea de época visigoda. No es un capitel corintio, como dice la cartela, sino una variedad corintizante, probablemente de época anterior. El mantenimiento de la estructura helenísitica y el tipo de acanto nos hace pensar también en el sigo IV.
No pudimos ver la sala islámica... A lo peor, no existe.

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