domingo, 20 de noviembre de 2011

El casco antiguo de Cáceres: magnífico decorado.


El guía que nos condujo por las calles de la antigua ciudad nos cuenta que, por sus cualidades, ofrece magníficas posibilidades para ambientaciones cinematográficas "antiguas".  Y como está prácticamente despoblada, salvando los fines de semana, es fácil controlar a los viandantes para que no se cuelen en el plano. Sólo hay que tener cuidado con los carteles, las alcantarillas y los cables...


Naturalmente, la función habitual del casco antiguo es ofrecer al turista un espacio de gran singularidad, que le permita proyectarse por el túnel del tiempo. En ese sentido, debo subrayar que el paseo por las calles del Cáceres antiguo es muy agradable, tanto en invierno como en verano, porque es fácil evitar la acción del sol y porque también es sencillo eludir el frío esquivando las calles con corrientes de aire.
La escapada en el tiempo no siempre es, en este caso, hacia un pasado remoto porque subsisten referencias franquistas (palacio de los Golfines) y porque algunos edificios responden, en su aspecto actual, a restauraciones de aquellos tiempos no siempre afortunadas y a "intervenciones" de dudoso criterio
Tal el caso del Museo de Cáceres, que contiene en sus dependencias un puñado de restos de interés escaso, un aljibe islámico de gran interés y ciertos detalles hilarantes y anacrónicos. El detalle hilarante más destacado es un cartel:


Me pregunto de qué modo puede estropear el aljibe hacer fotografías con flash y arrojar monedas... Lo realmente dañino es escatimar en su conservación.
No es menos curiosa la explicación que enmarcada, está a disposición del visitante en la zona de acceso al aljibe:
"(...) Los paralelos más próximo a este recinto (se refiere al aljibe), deben buscarse en Constantinopla, donde se conservan los aljibes o cisternas de Filoxeno, Modesto, Teodosio, la llamada Basílica y otros, en los que el sistema constructivo es el mismo.
En España el ejemplo más parecido, acaso sean el de Granada, de cuatro naves y arcos de medio punto, conociéndose otros de distinta morfología hasta casi completar la docena de casos, con los de Trujillo y Montánchez, de tipología distinta (...)"
De Constantinopla a Extremadura... ¿No existen referencias más próximas para una estructura tan sencilla?




Los detalles anacrónicos menudean por doquier en las penosas circunstancias museísticas (iluminación, carteles explicativos, etc.) y en el estado de conservación de las instalaciones, más propias de los años de la autarquía.  


Nos cuentan que para iluminar el casco antiguo de Cáceres, los días señalados, tiene que acudir un agente de la autoridad a accionar un interruptor... Según parece, la autoridad municipal aún no conoce la existencia de los  programadores que se emplean en otros lugares... o, siguiendo las enseñanzas de Moneo en el Museo de Mérida, prefiere no contaminar la imagen "antigua" de la ciudad. A lo mejor esa es la razón que también explica el abandono en que se encuentra el Museo de Cáceres. Sería absurdo suponer otra cosa conociendo la magnanimidad exhibida para pavimentar la Plaza Mayor por cuatro millones de euros. 


La Plaza Mayor realmente ha quedado preciosa...

No hay comentarios:

Publicar un comentario