domingo, 4 de noviembre de 2012

"Perder la forma humana. Una imagen sísmica de los años ochenta en América Latina"

El título se las trae: claro, explícito y de indicaciones espectaculares... Con la colaboración de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (Ministerio de Asuntos Exteriores), el Reina Sofía ofrece un evento difícil de clasificar, comisariado por la "Red Conceptualismos del Sur". La participación diplomática me recordó aquellas viejas iniciativas del Instituto de Cultura Hispánica, nacidas de la "Pax Romana", bajo la dirección del ínclito Ruíz-Giménez, paradigma de sentido progresista... al dictado de Roma. En la página web nos dicen:

"Perder la forma humana plantea una imagen de los años ochenta en América Latina que establece un contrapunto entre los efectos arrasadores de la violencia sobre los cuerpos, y las experiencias radicales de libertad y transformación que impugnaron el orden represivo. Cuerpos destrozados/cuerpos mutantes. Entre el terror y la fiesta, los materiales reunidos muestran no sólo las secuelas atroces de la desaparición masiva y la masacre bajo regímenes dictatoriales, estados de sitio y guerras internas, sino también los impulsos colectivos por idear modos de vivir en continua revolución.
La exposición señala la aparición múltiple y simultánea de nuevos modos de hacer arte y política en diferentes puntos de América Latina durante los años ochenta. Se presentan los resultados de una investigación en curso impulsada por la Red Conceptualismos del Sur, que, en su primera fase, se ha focalizado en algunos episodios del Cono Sur, Brasil y Perú, con la inclusión de casos puntuales de México, Colombia y Cuba. El lapso histórico considerado se inicia en 1973, año del golpe de Estado de Pinochet en Chile, y se extiende hasta 1994, cuando el Zapatismo inaugura un nuevo ciclo de protestas que refunda el activismo a nivel internacional. Ese período se corresponde con la consolidación del neoliberalismo como una nueva hegemonía, el ocaso de los socialismos reales y la crisis de la izquierda tradicional.
La exposición complejiza este panorama rescatando experiencias que plantearon formas de resistencia a través de soportes precarios como la serigrafía, la performance, el video, la acción poética, el teatro experimental y la arquitectura participativa. Estas prácticas se pueden agrupar en tres núcleos: las políticas visuales impulsadas por movimientos sociales como las Madres de Plaza de Mayo en Argentina y Mujeres por la Vida en Chile; las desobediencias sexuales, que incluyen experiencias de travestismo y corporalidades que impugnan la construcción tradicional de género; la escena underground que, a través de la música, la fiesta y la ética del “hazlo tú mismo”, construyó micromunidades que permitieron recomponer los lazos sociales quebrados por el terror. Todas estas experiencias llevaron a extraviar la forma humana, tensionando y deformando la concepción humanista de sujeto, y dieron lugar a nuevas subjetividades que pusieron en crisis las formas de existencia conocidas, transformando los modos de entender y hacer política contrahegemónica".

Si no lo interpreto mal el "estilo posmoderno", podríamos resumir los tres párrafos empezando por decir que la exposición se ocupa de las corrientes de raíz conceptual que mantuvieron cierta actividad entre 1973 (golpe de Pinochet) y 1994 (revuelta zapatista en Chiapas); y continuaríamos hablado de las modalidades estéticas representadas...  


"La Red Conceptualismos del Sur es una plataforma internacional de trabajo, pensamiento y toma de posición colectiva. Esta Red se fundó hacia finales de 2007 por un grupo de investigadores e investigadoras preocupados y preocupadas por la necesidad de intervenir políticamente en los procesos de neutralización del potencial crítico de un conjunto de ‘prácticas conceptuales’ que tuvieron lugar en América Latina a partir de la década de los sesenta.
La Red Conceptualismos del Sur considera que, de la misma manera que sucedió a otros proyectos emancipatorios, la potencia revulsiva de dichas ‘prácticas conceptuales’ quedó desarticulada por la fuerza de la violencia de Estado. Los diferentes intentos de reactivación de esta potencia disruptiva se han visto interrumpidos por la superposición continua de diversos mecanismos: la inoculación de la memoria colectiva desde los aparatos de Estado, el olvido defensivo asimilado por la sociedad civil, la despolitización de las subjetividades en su reacomodo dentro de las economías neoliberales, la estetización de la contracultura, etcétera. A más de treinta años de la irrupción de las dictaduras en buena parte de América latina, su efecto traumático sigue sofocando la vida pensante de nuestras sociedades e inmunizando la potencia poético-política de aquellas experiencias.
La Red Conceptualismos del Sur surgió con la idea de contribuir a la reactivación de dicha potencia crítica. El objetivo principal de la Red Conceptualismos del Sur es, en consecuencia, reivindicar la presencia de la memoria sensible de dichas experiencias para que ésta se convierta en una fuerza antagonista en el marco del capitalismo cognitivo actual.
La Red Conceptualismos del Sur es consciente de que los museos, los coleccionistas y las instituciones artísticas públicas y privadas que participan del sistema internacional de arte contemporáneo están inmersos en una fuerte disputa en torno a la visibilidad, la pertenencia y la gestión de tales patrimonios artísticos y experiencias políticas. No es gratuito por lo tanto que, desde hace algunos años, asistamos a un generalizado proceso de institucionalización y canonización de los archivos, documentos y demás restos materiales e inmateriales derivados de dichas ‘prácticas conceptuales’. Nuestro propósito de reconectar con dichas experiencias para reactivar su potencia revulsiva toma como punto de partida la necesidad de incidir en este territorio en pos de revertir estos procesos de neutralización.
En este escenario, la Red Conceptualismos del Sur se postula como una posibilidad diferente de pensar, hacer, intervenir, concebir, exhibir e historiar políticamente la fuerza disruptiva y la capacidad crítica de las prácticas artísticas ‘conceptuales’ latinoamericanas".

Me pregunto si la proximidad "estilística" entre estos párrafos, que no sabría cómo resumir, y los ofrecidos habitualmente por el MNCARS será una casualidad, o si la participación del jefe del Departamento de Programas Culturales del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía en la Red Conceptualismos del Sur explicará esa coincidencia... Lo de "preocupados y preocupadas" es de nota.
La exposición, que ofrece testimonios sumamente interesantes junto a otros banales, es, a mi juicio, demasiado ambiciosa y, tal vez por ello, excesivamente confusa; en consecuencia, muy poco adecuada a las expectativas con las que llega al MNCARS la inmensa mayoría de los visitantes.Y una vez más, me acordé de Juan Palomo... ¿Qué sentido tiene un "mensaje" político-estético formulado sabiendo que está muy "por encima" (o "por debajo") de las posibilidades del "receptor"? ¿Tranquilizar la propia conciencia?
Abraham Moles hubiera hablado de "exceso de ruido". Otros serían mucho menos retóricos...
Quien desee completar la información sobre aquellos tiempos, deberá recurrir a la capacidad sintética del cine. Missing de Constantin Costa-Gavras (1982) puede ser una magnífica forma de empezar... 

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