martes, 26 de febrero de 2013

Alucinar en Colores

Edward J. Andrews

Según la neurofisiología, la sinestesia es la percepción conjunta o interferencia de varios tipos de sensaciones de diferentes sentidos en un mismo acto perceptivo. En otras palabras, es la capacidad de oír colores, ver sonidos o saborear el tacto. La forma más común de sinestesia es la de percibir letras, palabras o números como colores. Un grupo de investigación de neurociencia cognitiva de la Universidad de Granada investiga este fenómeno. Para un sujeto sinestésico que colabora en el proyecto, la palabra susto es azul y bondad es roja. Ver estas palabras en otros colores le produce un efecto negativo que se puede medir con procedimientos electrodermales. Los mismos que se usan con los detectores de mentiras. Según el profesor Ramachandran, experto en la sinestesia, el estudio de esta curiosa y rara manifestación podría ser muy significativo para comprender el funcionamiento de la creatividad y el origen de las metáforas. Este neurocientífico de la Universidad de California, en San Diego, asegura que nacemos con una infinidad de conexiones cerebrales. Un gen o un grupo de genes se encarga de separar algunas de estas conexiones, pero en el caso de los sinestésicos es posible que estos genes sufran una mutación incapacitándoles para efectuar de dicha separación. Sus experimentos utilizando escáneres cerebrales confirman que la sinestesia es una experiencia sensorial genuina. Un gran número de científicos, entre ellos David Eagleman del Baker College of Medicine, afirma que la sinestesia posee un fuerte componente genético. Eagleman cuenta que la mayoría de los estudios genéticos corresponden a atributos físicos, sin embargo, él centra sus experimentos en como el ser humano ve el mundo. Lo denomina perceptual genomics o genómica de la percepción.
Virginia Hughes, en su artículo Synesthesia Makes Sense of Art and Art From Sense, The Most Beautiful Painting You`ve Ever Heard de la revista Seed, relata uno de los experimentos del neurocientífico Jamie Ward de la University College of London. Ward lleva años observando las intensas respuestas emocionales de la gente a visual music o música acompañada por elementos visuales. Decidió averiguar las razones por lo que atraen tanto los conciertos unidos a espectáculos luminotécnicos y si existe una posible conexión entre este fenómeno y la sinestesia. Pidió a seis sinestésicos dibujar las imágenes que les aparecía mientras escuchaba notas específicas tocadas por violines y cellos. Luego pidió lo mismo a un grupo de control, formado por no-sinestésicos. A continuación creó una animación mostrando los dibujos emparejados con música. Invitó a 200 visitantes del London Science Museum a escoger el dibujo que mejor encajaba con la música. Cada individuo podía seleccionar ente un dibujo realizado por un sinestésico y otro por un no-sinestésico, sin saber cual pertenecía a qué dibujante. Una mayoría aplastante elegía el dibujo practicado por el sinestésico como mejor opción para la música. Según Ward, esto prueba que el cerebro de la mayoría de nosotros está preprogramado para reconocer las conexiones que los sinestésicos en realidad ven. La información entra por los oídos, ojos y tacto provocando conexiones neuronales concretas. Ward aventura que estos experimentos podrían explicar como apreciamos el arte y por que nos atraen ciertos tipos de arte. Ramachandran declara que el trabajo de Ward es una puente entre dos culturas: ciencia y arte.

Eduardo Punset entrevista al neurocientífico David Eagleman en el episodio de Redes Para la Ciencia titulado, Flipar en Colores, en él que resume de forma concisa la sinestesia.



Aparte de Pepa Salas Vilar, la artista destacada en el episodio de Redes, existen muchos artistas más, entre ellos David Hockney, Kandinsky, el escritor Vladimir Nabokov, Duke Ellington y Billie Joel. De hecho la mayoría de los sinestésicos se dedican de alguna forma a la creación artística. John Berger, en su libro Sobre el Dibujo, describe el procedimiento de dibujar el cuerpo humano con modelo. Repasa cada parte del cuerpo dando prioridad a las formas que se acercaban. Hace y deshace. Corrige dibujando sobre líneas anteriores. A pesar de haber elegido el trazo de cada línea con sumo cuidado, lo que pretende plasmar resulta distorsionado. Dibujar es sentir. Berger cuenta – Vi y reconocí unos hechos anatómicos bastante comunes, pero el caso es que también los sentí físicamente, como si, en cierto modo, mi sistema nervioso habitara también su cuerpo.

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