domingo, 14 de abril de 2013

Antes del diluvio


La abrieron el 27 de marzo en Madrid, en el edificio de Herzog & de Meuron, después del paso por Barcelona, y es fruto del comisariado de Pedro Azara con el apoyo de varias instituciones de reconocido prestigio. Aunque las obras recogidas no tienen excepcional calidad estética ni tampoco excepcional singularidad arqueológica, porque de algunas se desconoce su procedencia, la exposición ofrece un magnífico diseño para aproximarse a las culturas mesopotámicas anteriores al 2100 a.C., aquellas que materializaron el origen de las tradiciones bíblicas...
Lástima que se empecinen en la prohibición fotografica... En mi presencia, una joven que podría ser estudiante universitaria y llevaba un cuaderno para tomar notas, era reprendida por un vigilante porque había empleado su smartphone para fotografiar una pieza... La visita virtual ofrecida desde la página web tiene cierta utilidad pero es poco operativa como instrumento de referencia gráfica. Pero así están las cosas: una exposición como ésta, que deberíamos haber contemplado en la red de museos arqueológicos, ha de ser ofrecida por una entidad financiera, que impone las normas dictadas por sus gestores, desde sus desinteresados y "legales" intereses...


Sugiero al lector amigo que la visite cuanto antes, porque la entidad financiera tiene previsto cobrar la entrada (4 €, aunque los clientesseguirán entrando gratis) a partir del primero de mayo:

Según fuentes de la Obra Social, el cambio de estrategia se debe al hecho de querer “priorizar las iniciativas dirigidas a atender las principales preocupaciones de los ciudadanos, como la exclusión social, la pobreza, el fomento del empleo o el acceso a la vivienda, así como garantizar la continuidad de su compromiso con la difusión de la cultura y poner en valor exposiciones y propuestas de primer nivel internacional tal y como viene siendo habitual”. Según fuentes de la entidad, “la tendencia es concentrar esfuerzos de la Obra Social para cuestiones sociales, pero no desatender los temas culturales”. La medida, arriesgada, seguro que hará perder visitantes al final del año (más de 970.000 personas en 2012). Desde la entidad mantienen que la aspiración siempre es superar los números del año anterior, y el año pasado, el del décimo aniversario se programó una exposición sobre el pintor Goya, “que fue excepcional”; en realidad, mantienen, que "la intención es llegar cada vez a un público más amplio”.

¿Simple cuestión de prioridades...? Los gestores de la entidad financiera, como los políticos que les sirven, ¿"han comprendido" ahora que es más importante la atención social que la promoción cultural? Habrán quedado exhaustos de tanto cavilar. A lo mejor hasta dejan de ordenar desahucios.
En pleno diluvio, muchos ciudadanos recibirán —recibiremos— la mudanza con escepticismo porque ya no tenemos la posibilidad de elegir entre las necesidades primarias y las culturales. Y en ello han tenido mucho que ver los negros nubarrones financieros.

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