miércoles, 6 de noviembre de 2013

Un trabajo con mucho porvenir en el "sector cultural"

Según informa RTVE:

"Las corridas de toros han sido declaradas Patrimonio Cultural en toda España después de que el Pleno del Senado haya aprobado por mayoría el texto aceptado y tramitado por el Congreso, lo que supone el primer reconocimiento legal de la Fiesta en toda su historia.
La propuesta, aprobada en el Congreso de los Diputados el 3 de octubre surgió de de una iniciativa legislativa popular respaldada por 600.000 firmas, ha salido adelante con 144 votos a favor, 26 en contra y 54 abstenciones, después de ser rechazadas por mayoría las cinco proposiciones de veto y las 57 enmiendas presentadas.
La ley definitiva será publicada de forma inmediata en el Boletín Oficial del Estado (BOE) para su entrada en vigor, lo que supone un hito en la historia de la tauromaquia, que por primera vez en cuatro siglos de existencia será regulada, fomentada y protegida por normativa legal."


Es un buen momento para recordar aquella famosa frase: "más cornás da el hambre"; la pronunció Manuel García El Espartero, que murió en el ruedo el 26 de mayo de 1894. Así lo contó El Liberal, según recogía El País:

"Ya en Madrid, y poco antes de las cuatro, tomó asiento el Espartero con su cuadrilla en un carruaje, y cuando éste salía de la calle de la Gorguera para entrar en la de Sevilla, vieron pasar un entierro. Como los toreros son, por lo general, supersticiosos y se fijan hasta en los más insignificantes detalles, al ver el fúnebre cortejo exclamó Antolín: '¡Mala pata!' 'iCa, hombre!' -repuso Julián- 'Esto es señal de buena suerte'. 'Allá veremos'. Maoliyo se fijó, como los demás, en la fúnebre comitiva, oyó el diálogo de sus compañeros, movió ligeramente la cabeza como haciendo un signo de asentimiento a las palabras de Antolín, y calló"...
El primer Miura, Perdigón, llega a la muleta con dificultades. Tras una breve faena a la defensiva, Espartero deja un pinchazo bien señalado pero es cogido y volteado a gran altura. Se incorpora, da algunos pases más y de nuevo entra recto a matar, dejando una entera. De nuevo el toro le coge, esta vez en el vientre. Continúa la narración F. Bleu: "Un encontronazo brutal; una cornada seca, instantánea, apenas vista, nada aparatosa; un estoconazo mortal en el lado contrario, y un lidiador en tierra con el cuerpo contraído por el shock traumático y con el rostro descompuesto por la muerte".
Los médicos afirmaron que el diestro murió a los 20 minutos de ingresar en la enfermería, tras recibir "los auxilios de la ciencia", ineficaces, y los últimos sacramentos. Pero otro testigo presencial sostuvo que murió en el ruedo y que "lo demás son ficciones respetables que precisan la Iglesia o la ley".

2 comentarios:

  1. Cornadas secas, instantáneas y apenas vistas son las que nos están metiendo por todos lados. Está la cultura que se desangra, y los auxilios ni se acaban de ver venir ni acaban de ser eficaces.

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