lunes, 1 de diciembre de 2014

¿Pelea entre grupos de personas o...?

Según informan los medios:

"Francisco Javier Romero Taboada, 'Jimmy', de 43 años y perteneciente a la sección de 'Los Suaves' de los Riazor Blues, ha fallecido después de la pelea entre seguidores del Deportivo y el Atlético de Madrid antes del partido de Liga en el estadio Vicente Calderón."


Cada vez tengo más claro el tipo de cohesión social y cultural que fomenta el fútbol, al menos, tal y como hoy está planteado, pero sería políticamente incorrecto explicarlo con claridad.

2 comentarios:

  1. Según informan los medios, España está recuperándose de la crisis, y en Venezuela están a punto de inventar la máquina que traiga a Stalin de vuelta a la vida.

    El conflicto radica en que FA y Riazor Blues son hinchadas de ideología declarada y radicalmente opuesta. No es como si el Frente queda con ultrasur y se dan de ostias un rato. Porque luego en las manis de España en Marcha se ven y aquí no ha pasado nada. Todo queda en eso, en un grupo de ultras con ideología afín haciendo sus cosas. Pero, ¿unos ultras antifascistas quedando a propósito con una hinchada neonazi? Igual el fallecimiento deja de ser un accidente y empieza a ser un asesinato. ¿No? O sea, yo tan sólo lo digo. Ya ocurrió algo similar con Zabaleta hace años. ¿Por qué no hay ningún ultrasur asesinado? ¿Ningún Supporter Sur? ¿Nadie de los Ultra Boys? No es una reyerta futbolística. Es una reyerta política. Descaradamente política además. Pues que se diga.

    Tan sólo un apunte: la policía ha desmentido que ambos grupos de ultras se citaran previamente para zurrarse http://www.riazor.org/riazor-blues-desmiente-que-hubiera-quedada/#.VH9lW9KG_To (Se puede leer la misma información en OndaCero, para los más desconfiados)

    Y diría otra cosa más. No es que el fútbol fomente esta cohesión social y cultural. Es más bien, que la cohesión social y cultural actual, determina que en el fútbol sucedan estas cosas. Muy triste. Pero aun así, también quedan otras muchas sensaciones bonitas en ese deporte que emboba a la mitad del país. También hay valores positivos y entrañables en las gradas y en los campos, en los partidos y en los bares. Aunque supongo que hay que dejarse absorber por ellos para experimentarlos, como la hipnosis. Dejo el enlace a un pdf de "Fútbol, Sol y Sombra", de Eduardo Galeano. Si el fútbol es el opio del pueblo, la autocomplacencia en esa crítica es el opio de los (pseudo)intelectuales.

    FUTBOL SOL Y SOMBRA: https://docs.google.com/document/d/1mCoIo18YTnr9z51FeeSbkUUn_wVZJ34_bQCflxAF_pk/edit?pli=1

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  2. El fútbol como cualquier deporte tiene muchos aspectos positivos; por desgracia, la conversión en espectáculo que agita tantos intereses sociales (integración), políticos (alineación ideológica, que se advierte muy bien en Madrid , Sevilla o Barcelona) y económicos (Tv, medios, mercadeo, etc,) genera un caldo de cultivo especialmente proclive a comportamientos difíciles de cualificar. Además, la extensión del fenómeno genera un ambiente demasiado complejo para reconstruir cualquier incidente con implicaciones penales como éste. Al final, aunque no quede claro nada, habrá sentencia y todos quedaremos tranquilos... hasta la próxima víctima.
    Creo que ante situaciones como la actual, en el fondo subyace múltiples factores; interesa destacar ahora el componente educativo y una articulación social "peculiar", alimentada mediante ciertos componentes de dudosa utilidad social: la reforzada presunción de inocencia, concebida para blindar a quienes tienen medios para pagar una buena defensa, ampara todo tipo de anomalías, tal y como acredita la actualidad de todos los días. Y de esa situación no escapa nadie, ni los aficionados al fútbol ni los políticos ni cualquier otro colectivo social más o menos relevante.
    Añade a ello que, tradicionalmente, se ha concebido el fútbol como fórmula de “descarga social canalizada”, y tendrás un cóctel explosivo. Estoy seguro de que en esos grupos “extremistas” existen personas maravillosas, pero también frikis, exaltados, sádicos, simples gamberros, pendencieros y hasta “intelectuales” y profesionales liberales de alto nivel que necesitan descargar adrenalina periódicamente.
    Dicen que para educar a un niño hace falta toda la tribu… En este caso se manifiesta la paradoja de que una actividad deportiva, que por sí misma, debería ser un magnífico instrumento educativo, se ha transformado en algo muy diferente, con un potencial antisocial absolutamente descontrolado. También aquí se manifiestan indicios inquietantes sobre la naturaleza del modelo cultural que estamos definiendo entre todos.
    El asunto es demasiado complejo y denso para un comentario de este tipo...

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