lunes, 25 de abril de 2016

El Edificio España, una patata caliente... cargada de dinamita

Es difícil saber cómo culminará el complicado asunto en que se ha convertido la propuesta de Wanda por resucitar el Edificio España como un foro de atracción financiera. El penúltimo episodio ha nacido con el intento a la desesperada de evitar que Wanda abandone el proyecto y, con ello, se esfumen los millones de euros implícitos en el proyecto: el Ayuntamiento ha enviado una carta a la empresa china con un párrafo que no sé si se puede entender como una bajada de pantalones o como una "jugada china", escrita en el chino que hablan los autóctonos del barrio Usera. El párrafo dice:

"Cuando en el transcurso de la ejecución de las obras se compruebe que pueda verse afectado de manera puntual algún elemento de la fachada protegida, podrá aplicarse con carácter excepcional lo establecido en el articulo 4.l.9.7.c del Plan General de Madrid, pudiendo solicitarse en este caso su desmontaje y posterior reconstrucción, con los mismos materiales, dimensiones y forna que tenían en origen, prevaleciendo siempre la protección parcial del edificio, que obliga al mantenimiento físico de las fachadas catalogadas."

Dicho en otras palabras: el Ayuntamiento reconoce que estaría dispuesto a consentir excepcionalmente soluciones constructivas contrarias a la letra de la normativa que protege al edificio. ¿Excepcionalmente? Sí pero no; no pero sí.

Foto madridiario
Confieso que no me parece demasiado oportuna la conservación del Edificio España, ni tan siquiera por razones de mantener el perfil urbano de la ciudad sedimentado por el tiempo. Por muchas otras razones me parece que edificios de tanta altura sobran en el diseño urbanístico de una ciudad que aspire a ofrecer buenos estándares de vida; sólo me "hacen cierta gracia" porque son fotogénicos, pero no me gustaría vivir ni trabar a la sombra de Canary Wharf o de La Defense. Pero si nuestra muy permisivas leyes en asuntos de protección patrimonial dicen que ese edificio no se puede tocar, no deberían plantearse excepciones aunque las proponga Mr Marshall y mucho menos desde las potestades de la propia autoridad municipal, a quienes compite defender los derechos colectivos. Tiempo habría de que se plantearan circunstancias excepcionales en el desarrollo del proyecto...
Que Wanda deja de invertir en esa aventura... No se preocupen vuesas mercedes: si los señores de Wanda tienen voluntad de hacer negocio, tal y como están las cosas, ya invertirán en otra cosa, aquí o donde estén nuestros hijos buscándose las habichuelas. Necesitamos inversiones, pero no a precio de república bananera. ¿Va a resultar también que, en asuntos de conservación del patrimonio arquitectónico, sólo cabe la política de Villar del Río?

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