viernes, 6 de mayo de 2016

Dos capiteles singulares del Museo Arqueológico Nacional

En el Museo Arqueológico Nacional existe un capitel (MAN08) en magnífico estado de conservación, que apareció en la Casa Solariega del Gran Capitán, y se ha considerado de los tiempos de Almanzor, acaso por elevada altura del cesto, que parece apuntar hacia fórmulas de finales del siglo X o principios del XI (Aljafería). Sería absurdo no tomar en consideración el paralelismo que tienen algunos de sus elementos con los relieves de esa cronología que han llegado a nuestros días.
Consta de dos cuerpos perfectamente definidos que emulan la estructura del orden compuesto, pero sin algunos de sus componente más significativos, como el contario que separa el cuerpo superior del inferior o las "pencas" que deberían definir las hojas. Además, en lugar de los discos angulares, el capitel de Madrid contiene cuatro cabezas de león de cuyas fauces brotan los elementos vegetales repartidos por el cesto cilíndrico. Desde ese detalle nace la tentación de relacionarlo con los capiteles bizantinos de dos zonas, que incluían motivos animados; pero las diferencias son tan grandes que si el tallista intentó emularlos, lo hizo "de oídas". Está mucho más próximo de la eboraria andalusí y sus corrientes derivadas, aunque no existan algunos de sus elementos fundamentales y, en especial, los juegos de palmetas que distinguen a la ornamentación califal.

Capitel MAN08
La superficie fue tallado tallada mediante una técnica similar al resto de los califales. empleando trépanos de cabeza hueca, cuya huellas se aprecian claramente porque se emplearon con valor plástico para definir arcos con forma de C, que se aprecian en el calco adjunto. Se aprecian huellas de trépano de 2,5; 3; 3,2; 5 y 7 mm. de diámetro con profundidades que llegan a las 16 mm.
Sin embargo, a pesar del paralelismo tecnológico, el planteamiento ornamental es diferente, puesto que el ataurique está conseguido de modo sumario en dos planos paralelos sin zonas de transición que definan medios tonos en el juego definido por la luz. Y sobre ello, lo que aún es más relevante: en este capitel no se ha recurrido a la simetría como elemento rector primordial, por lo general, presente en la práctica totalidad del universo islámico.
De las fauces de cuatro cabezas de león, dispuestas en el lugar de las volutas angulares, nace un torrente de vida vegetal que se reparte por la superficie cilíndrica y la del equino: de la fuerza, que es atributo de Dios (o de Allah) nace el poder, la vida y la riqueza. El tema iconográfico es frecuente en el Mediterráneo durante los siglos IX y X y aún antes.
Entre formas vegetales que acaso quieran ser hojas de vid, destaca la figura de un pajarillo, que no se aprecia en la imagen fotográfica pero sí en el el calco.

Calco parcial del capitel MAN08
Ábaco del capitel MAN08
Tienen interés especial las incisiones circulares y concéntricas marcadas sobre el ábaco, de concepción peculiar: los capiteles califales suelen contar con los replanteos radiales aunque no es extraño que también contengan circunferencias relacionadas con el diámetro del cesto y del equino.
En suma, se trata de una pieza singular probablemente realizada a finales del siglo X, pero la carencia de paralelos conocidos (desde mis datos), obliga a contemplarlo con cierta prudencia.

Aunque son poco numerosos los capiteles con elementos animados, en el caso de los paralelos (cuando menos, relativos) debemos citar "el capitel de los músicos del Museo Arqueológico de Córdoba", del que me ocuparé en breve y otro con motivos heráldicos, muy erosionado y con mutilaciones graves, que está en el Museo Arqueológico Nacional (MAN13), y que tanto en su concepción estructural como en el tipo de ornato, está más cerca de las fórmulas cordobesas comunes durante la segunda mitad del siglo X.
El MAN13 apareció también en la Casa Solariega del Gran Capitán y responde a una estructura derivada de los modelos compuestos califales. El cuerpo inferior cilíndrico, que probablemente fue retallado parcialmente (ha perdido parte de la corona baja), está cubierto con hojas que ya se han distanciado del sentido de los acantos de tradición helenística. En su lugar aparecen series de tallos entrelazados y arillos en alineación vertical que recuerdan fórmulas habituales en el ornato de paramentos verticales; ese detalle lo pone en relación con un capitel aparecido en Toledo (TMA01), documentado mediante inscripción en el año 952-53.
En el cuerpo superior cuenta con dos motivos heráldicos contrapuestos, que contienen respectivamente, agrupaciones simétricas de grifos alados y la relativamente común fórmula de dos leones devorando un cérvido, que aparece en varios relieves y muy especialmente, en la pila de Almanzor.
En este caso con mayor fundamento, cabría relacionarlo con los capiteles bizantinos de dos zonas (Kautzsch, 494, Alejandría), aunque es muy probable que quienes intervinieron en su realización jamás hubieran visto un capitel de ese tipo. Sea como fuere, está clara la filiación oriental de los motivos empleados y, muy especialmente, en el caso de los grifos que hacen pensar en el simurg persa.
Cuenta con ábaco perfectamente integrado en los usos califales y acredita un repertorio muy amplio de trépanos cuyos diámetros oscilan entre los 5 y los 13 mm de diámetro.



Rinterpretación de los motivos animados del capitel MAN13
Teniendo en cuenta el carácter heráldico de los asuntos animados, documentado en tiempos de Aberramán III y el tipo de ataurique, es razonable situar su realización durante la segunda mitad del siglo X, para un contexto arquitectónico relacionado con el poder califal.

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